EL PORQUÉ CIENTÍFICO
-No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar.
G.B. SHAW
CIRCUITO CEREBRAL DE LA MOTIVACIÓN
Los últimos avances en neurociencia nos han aportado un mayor conocimiento del funcionamiento cerebral y nos permiten comprender cómo podemos desarrollar y potenciar mejor nuestras capacidades. Surge así una nueva disciplina: la neuroeducación, que engloba los aportes de la neurociencia junto con los de la psicología y la pedagogía, con el objetivo de revolucionar el sistema educativo.
El reto, las recompensas y el afán de superación son componentes que persigue el cerebro pues permiten la activación neuronal, favoreciendo un contexto de aprendizaje. Cuando algo es un reto para nosotros, cuando despierta nuestra curiosidad y nos emociona, permitimos la activación de la amígdala, una parte del sistema límbico que activa la secreción de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que mejora el rendimiento del área prefrontal; consecuentemente mejorarán también los procesos atencionales que posibilitan el aprendizaje. Este es el tipo de experiencia “positiva” que al cerebro le gusta replicar constantemente en su permanente búsqueda de experiencias satisfactorias. Solo se puede aprender lo que se ama, solo a través de la emoción y el disfrute podemos aprender (Francisco Mora (2013), o lo que es lo mismo, solo la emoción y el disfrute nos permiten aprender. Un feedback inmediato y las recompensas permitirán además mantener el estado de atención necesario.
La plasticidad neuronal es otra de las aportaciones más relevantes de la neuropsicología: un cerebro estimulado aumenta sus conexiones neuronales, y consecuentemente mejora su rendimiento y el desarrollo de las capacidades cognitivas. Estas redes se construyen y rediseñan continuamente, como si de carreteras se trataran. De ahí la importancia de facilitar contextos adecuados y motivadores dentro del aula. Si, por el contrario, nos invade el aburrimiento, el desinterés o el rechazo por las actividades escolares, creamos una identidad neuronal negativa, con graves consecuencias a largo plazo. El juego es el lugar donde encontramos todos los elementos que propone la neuroeducación. No existe ninguna otra actividad que nos aporte reto, afán de superación, feedback inmediato, recompensas y, sobre todo, emoción.
[expand title=”EL JUEGO Y LAS APTITUDES ACADÉMICAS“]
Antes de adentrarnos en cómo el juego de mesa permite desarrollar las diferentes aptitudes académicas, debemos hacer hincapié en que su relación con otros factores como son el desarrollo emocional y social, no podemos desligar estos factores del desarrollo cognitivo. Las emociones condicionan nuestra actitud de tal forma que si relacionamos una actividad con algo positivo esto genera una serie de conexiones que a largo plazo crean una identidad. Del mismo modo la competencia social, la interacción con los demás y el aprendizaje compartido permiten generar vínculos imprescindibles para un desarrollo integral y aprender de los demás, gracias a las neuronas espejo (Rizzolatti (2006). Gracias a estas neuronas entendemos a los demás, podemos vincularnos mental y emocionalmente, interpretando sus acciones y sus intenciones y así llegamos al aprendizaje por imitación. Por esta razón es importante que en el ámbito educativo se fomente la interacción de los grupos, no solo para conexionar socialmente sino también como un método eficaz de aprendizaje. En definitiva, a través del juego de mesa posibilitamos la conexión social, cognitiva y emocional que consiguen las neuronas espejo, estableciendo un sistema de enseñanza eficaz.[/expand]
[expand title=”1.APTITUD VERBAL”]
El lenguaje es el instrumento más importante de relación, comunicación y expresión con los demás. Como herramienta nos permite construir el pensamiento y comprender la realidad. La aptitud verbal nos permite por tanto razonar, resolver problemas y trabajar con contenidos con un componente cultural. Su desarrollo facilita la conexión asociativa entre distintos conceptos, que es uno de los aspectos más importantes del desarrollo cerebral.
El juego de mesa es una de las actividades grupales que más favorece una intensa intercomunicación y diálogo; requiere de multitud de acciones para intercambiar, consensuar, negociar. El lenguaje se convierte así en esencial para poder conseguir los objetivos del juego, activando procesos de escucha activa y de expresión oral significativos.[/expand]
[expand title=”2.APTITUD NUMÉRICA”]
Es la capacidad para razonar con números y utilizarlos de manera organizada, ágil y adecuada. Se relaciona con el manejo de conceptos matemáticos básicos, el razonamiento aritmético y la capacidad de resolver situaciones que exijan al alumnado el uso de los números en sus diferentes manifestaciones. La mejor forma de consolidar conceptos es realizando prácticas asiduas de actividades manipulativas, relacionándolas con temáticas y contextos afines al alumnado; de nuevo, por este motivo, el juego de mesa es una de las herramientas más potentes para fortalecer esta aptitud, dado que permite aplicar los conceptos adquiridos de forma significativa, haciendo al alumnado protagonista y parte activa de su aprendizaje.[/expand]
[expand title=”3.APTITUD ESPACIAL Y RAZONAMIENTO LÓGICO”]
La aptitud espacial es la habilidad que permite representar mentalmente formas, dimensiones, coordenadas, mapas, proporciones… Permite imaginar objetos rotando en el espacio, desarrollando así una perspectiva tridimensional. Favorece el sentido de la orientación, la interpretación de mapas o la habilidad para colocar adecuadamente objetos dentro de un espacio delimitado. El razonamiento lógico, por su parte, nos permite establecer conexiones causales y lógicas, resolver problemas y extraer conclusiones, por lo que interviene en muchas de las funciones mentales. Ambas se relacionan con la capacidad visoperceptiva para construir representaciones visuales y pensar con imágenes y tiene una relación muy directa con la adquisición de la destreza en lectoescritura y en matemáticas.[/expand]
[expand title=”4.ATENCIÓN Y MEMORIA”]
La atención es un proceso de focalización perceptiva que nos permite orientar la actividad a un estímulo determinado y controlarla. Requisito imprescindible para cualquier aprendizaje, es un proceso complejo cuya estimulación no puede desligarse de otras muchas funciones cerebrales, dado que otros procesos, como la memoria, la orientación o el funcionamiento ejecutivo son interdependientes de ella; por eso su estimulación favorecerá una mejoría en la eficiencia cognitiva de otras muchas funciones mentales.
La memoria “es una función neurocognitiva que permite registrar, codificar, consolidar, retener, almacenar, recuperar y evocar la información previamente almacenada.
Mientras que el aprendizaje es la capacidad de adquirir nueva información, la memoria es la capacidad para retener la información aprendida” (J.A. Portellano, 2005). La interdependencia entre atención y memoria es evidente: para poder registrar la información se requiere de procesos atencionales; posteriormente hay un proceso de almacenamiento de la información y finalmente un proceso de recuperación. Todo ello requiere estrategias cognitivas en las que además de interpretar la información recibida, se realiza un análisis de esta, una categorización, asociación y relación con otros conocimientos ya adquiridos.
La eficacia en el entrenamiento de la atención y la memoria se alcanza principalmente en un contexto ecológico, es decir, realizando actividades que tengan una relación directa con el entorno natural del alumnado, actividades que sean significativas y de gran interés para ellos. El juego de mesa permite la aproximación del niño a este entorno, pues las temáticas son afines a su interés. Además no están relacionadas con un programa de entrenamiento en atención y memoria, sino que se presentan más bien como un reto lúdico, lo cual, como hemos explicado anteriormente, desencadena diversos procesos de activación neuronal.[/expand]
[expand title=”DESARROLLO FUNCIONES EJECUTIVAS“]
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades que nos permiten establecer metas, formular hipótesis, planificar, tomar decisiones, resolver problemas, focalizar y mantener la atención, inhibir repuestas, controlar emociones… en definitiva, llevar a cabo diferentes proyectos. Tal como las definió Goldberg (2009) son “el director de orquesta” de las capacidades cognitivas. Podemos tener un buen rendimiento cognitivo, pero también podemos caer en la desorganización si no facilitamos el desarrollo de las funciones ejecutivas.
Centrándonos en el contexto educativo, mencionaremos de forma escueta aquellas funciones que deberían tenerse más en cuenta en este ámbito: el control de la atención, la planificación, la flexibilidad cognitiva, la toma de decisiones, la memoria operativa y el control inhibitorio. La importancia de estas funciones radica en que son las que regulan otros procesos cognitivos como el razonamiento, el lenguaje, la visopercepción, el cálculo, la lectura, la escritura… Se podría decir que el juego de mesa es una de las actividades en las que se recoge ampliamente el desarrollo de estas funciones, puesto que cada juego aporta una temática, una mecánica, unas reglas y unos objetivos distintos, todos ellos de mayor o menor complejidad. Se requiere así una implicación activa del jugador que le obliga a establecer metas, a tomar decisiones, a planificar…
Con la ventaja de que, en el juego, a diferencia de la vida real, podemos experimentar más abiertamente, sin miedo al riesgo o a la equivocación, aportando además reto y sentimientos de superación. De esta manera se potencia una mente activa y atenta, pero sobre todo más libre para explorar y experimentar con diferentes actitudes.[/expand]
[expand title=”COMPETENCIAS CLAVE EN RELACIÓN CON LOS JUEGOS DE MESA“]
Pero no hemos hablado solamente de la experiencia que nos aporta a nosotros mismos, sino también de que en el juego aprendemos a relacionarnos con los demás y a participar de forma activa, aceptando unas normas, consensuando y creando un espacio democrático, en el que se da cabida a grupos inclusivos. En este contexto de juego, donde no importa el error, donde no importa experimentar más allá de lo que nos permite la realidad, es donde podemos asumir más riesgo, facilitando así ideas y acciones más creativas, planificando y gestionando con mayor libertad. Pues bien, en todas estas posibilidades que nos brinda el juego encontramos la esencia de las Competencias sociales y cívicas así como el Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. Finalmente, el hecho de que cada uno de los juegos esté ligado a un contexto y a unas referencias fruto de las experiencias socioculturales, que permiten que los jugadores se expresen e interactúen en diferentes escenarios, nos da una idea de que estamos desarrollando la competencia en conciencia y expresiones culturales. Llegado a este punto, permitid una última reflexión: neuroeducación, competencias clave y juego de mesa hablan de lo mismo y nos dirigen hacia un mismo objetivo: un desarrollo integral, en el que se aúnan áreas cognitivas, emocionales y sociales como vía única de desarrollo personal.[/expand]